Cada vez que alguien me dice que está buscando piso “más allá del centro”, no puedo evitar hacer una pausa. No por juicio, sino porque me doy cuenta de que muchas veces se están perdiendo de vivir lo que realmente marca la diferencia.
Yo no he dejado la zona alta. Ni como inversor, ni como residente, ni como profesional. Y no es una cuestión de costumbre. Es una elección consciente. Porque cuando tienes claro lo que buscas —calidad de vida, estabilidad, estilo, y sobre todo, paz—, no hay que irse lejos. Está todo aquí. Literalmente.
Vivir en Ganduxer o Les Tres Torres no es lo mismo que “vivir bien”. Es vivir mejor.
Las viviendas que gestionamos en calles como Ganduxer o Ricardo Villa no son simplemente bonitas:
Son silenciosas, amplias, luminosas. Creadas para gente que valora los detalles, que quiere poder abrir una ventana y escuchar pájaros, no tráfico.
Aquí los inquilinos no buscan solo una vivienda, buscan una forma de estar en el mundo. Ejecutivos internacionales, diplomáticos, familias expatriadas… Todos coinciden en algo: cuando conocen esta zona, ya no quieren otra.
En Gran Vía o Diagonal Mar: vida urbana o mar, pero sin renunciar al lujo
Las propiedades que alquilamos en puntos clave como Gran Via de les Corts Catalanes o Carabela la Niña (Diagonal Mar) tienen algo que no se encuentra fácilmente:
✔ Vistas.
✔ Servicios premium.
✔ Espacios funcionales y bien diseñados.
Y además, están pensadas para quienes necesitan estar conectados con el mundo —oficinas, aeropuertos, vida urbana—, pero quieren llegar a casa y sentir que desconectan de verdad.
Ese equilibrio, créeme, es un lujo que vale cada euro.
¿Por qué sigo alquilando en la zona alta?
Muy sencillo. Porque sé que lo que tengo aquí no se desvaloriza, no pierde atractivo, y no depende de modas.
Un piso en Travesera de les Corts o en Salvador Seguí, bien gestionado y comunicado, me asegura una ocupación constante con perfiles excelentes. No tengo que estar bajando precios ni persiguiendo inquilinos. Las solicitudes llegan solas.
👉 No alquilo rápido. Alquilo bien.
Y eso marca la diferencia en este mercado.
Lo que mis inquilinos me dicen
“Buscábamos algo temporal y ahora no queremos irnos.”
“Después de vivir en otras zonas, aquí sentimos que por fin estamos en casa.”
“El piso es precioso, sí. Pero lo que más valoramos es la tranquilidad que nos da.”
Y eso es justo lo que quiero seguir ofreciendo. No metros cuadrados vacíos. Sino experiencias que de verdad valen la pena.
¿Y la sostenibilidad?
Cada vez más inquilinos nos preguntan por eficiencia energética, consumo, orientación… Y eso también lo tenemos cubierto. Porque nuestras propiedades se seleccionan y se preparan pensando en el futuro. No solo en la estética.
Aquí no se trata solo de paneles solares o certificados. Se trata de vivir de una forma más consciente, más elegante, y sí: más rentable a largo plazo.
En resumen: La demanda cambia. Pero el valor real, permanece.
La periferia está de moda. Pero aquí no seguimos modas.
Seguimos apostando por propiedades que te hacen la vida más fácil, más cómoda y más auténtica.
Propiedades que, incluso en el mercado del alquiler, te posicionan donde realmente quieres estar.
